Lo mejor y lo peor de la ‘red carpet’ de los Emmy 2015
La nueva entrega de los premios Emmy estadounidenses nos han dejado un sinfín de modelitos en una de las alfombras rojas más sensuales y elegantes que se recuerdan este año. Si esta ceremonia de galardones lleva celebrándose desde 1949 en Estados Unidos, premiando «a la excelencia» en la industria de la televisión nacional de ese país, nosotros podríamos haber dado otros reconocimientos a lo excelente del gusto de los invitados. Porque hubo donde elegir, en un amplio abanico de colores, formas y patrones.
Lo mejor de esta gala de premios es que podemos encontrar a numerosos rostros conocidos del panorama actual televisivo, estadounidense, auténticas estrellas de primer nivel que se empeñan en mostrar lo mejor de sí mismos en una ceremonia que, además, tiene lugar en el tránsito del verano al otoño, otorgándonos todavía más juego a la moda, las tendencias y los vestuarios en esta entrega de los Emmy.
Algunas famosas, como Naomi Watts, Melora Hardin, Elisabeth Moss o Dascha Polanco decidieron aprovechar los últimos rayos del sol de verano para lucir como nunca los colores de esta temporada. Algo rezagadas, las cuatro artistas apostaron por vestidos largos (salvo Watts, que el suyo no sobrepasaba del tobillo) y con poco exceso de vuelo o gasa, con la única excepción de Polanco. Los tonos más calientes y cítricos se dieron cita en estas actrices, aunque la protagonista de Lo Imposible prefirió caer en los azules para esta gala de los Emmy, con un estampado floral que fue lo más ameno de la noche. Las cuatro optaron por joyas y complementos sutiles y bien discretos, aportando mayor sofisticación a sus estilismos.
No fue el caso de Heidi Klum, habitual sobresaliente en cualquier alfombra roja, que se perdió entre tanto exceso en los Emmys. El juego de brillantes con su cuerpo desigual y los flecos amarillos destrozaron un currículum casi impecable hasta ahora. La dejó atrás la jovencísima Emily Robinson, ataviada con una tela demasiado gorda y dura para su edad y la época del año. Aunque el estampado floral daba más niñez a su vestido, sus 16 años fueron una anécdota para un vestido más propio de alguien más maduro. La que demostró jovialidad, pero poca elegancia, fue Teyonah Parris, que nos dejó sin palabras con un enorme y poco siluético vestido que nos recordaba tímidamente a 101 Dálmatas. Demasiado volumen para su pelo, que remataba un estilismo poco acertado y demasiado recargado para lo simple de la confección, en realidad. Joanna Newson acudió cual flamenco a la alfombra roja y si bien nos pareció que llevaba un vestido divertido y moderno, no era el que mejor le sentaba dados los tonos escogidos. El detalle del pecho, triunfal.
En la parte de las aburridas, nos encontramos con Gail Simmons y Penelope Ann Miller. Ambas actrices decidieron innovar tan poco que ni sus patrones ni sus colores ni sus peinados si quiera nos parecieron aptos para una noche así. Ir sobre seguro a veces es lo peor, y quedaron en la sombra de otras que sí deslumbraron con sencillez. Al igual que Julie Bowen y Lady Gaga. Sobra decir que de la cantante no nos esperábamos ese atuendo, especialmente en los Emmy, pero lo cierto es que ninguna de estas dos últimas impactó lo más mínimo, en sendos vestidos negros que solo anunciaron el luto de la moda por estas opciones. Muy mal.
En la otra punta del iceberg tenemos a Sofía Vergara, la latina con más curvas pero que siempre sabe acertar. Anoche escogió un St. John de lo más metálico, perfecto para su figura y su pelo, y mucho más recatado de lo que acostumbra. Magnífica. También premiamos a Kerry Washington, que apostó con matrícula de honor por un diseño bien plateado y femenino de Marc Jacobs, potenciando escote, piernas y hombros en un vestido tan elegante como moderno. Nazanin Boniadi también conquistó con un vestido en blanco puro, de escote prolongado y, a su vez, falso palabra de honor. No nos convenció su peinado, pero sí sus joyas y maquillaje. Exquisita y aventurada como pocas.
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