La mocaorà, el regalo más dulce de los enamorados en Sant Donís

Un año más, preparamos la mocaorà, porque los enamorados valencianos tenemos nuestro día propio, además del tradicional 14 de feberero. Se trata de nuestro día de los enamorados particular, el día de Sant Donís, 9 de octubre. Y no hay cosa mas dulce que celebrar este marcado día que visitando las pastelerías y confiterías, para comprar nuestra mocaorà, que regalaremos a la persona amada. Todos conocemos este rito tan dulce pero ¿por qué regalamos un pañuelo lleno de frutitas de mazapán y su piuleta i tronaor?

 

Las primeras pistas las encontramos en el siglo XVIII tras la guerra de sucesión y los Decretos de Nueva Planta, según apuntan algunas teorías. Y es que, el recién proclamado rey Felipe V prohibía la celebración de la reconquista de Valencia por parte del rey Jaume I. Pero otras vertientes, apuntan que ya en el siglo XV aparecen los vestigios de la mocaorà en nuestra ciudad.

En cuanto las frutitas de mazapán que regalamos en la mocaorà, encontramos sus orígenes, según recoge la tradición, en las las frutas que los hombres y mujeres del campo de Valencia entregaron a la esposa de Jaume IViolant de Hungría, como referencia a la fertilidad de la huerta valenciana. Mientras que el por qué de que vayan envueltas en un pañuelo, se responde haciendo eco de las romerías nocturnas que se realizaban el 9 de octubre en las primeras épocas de la festividad, datadas en el siglo XIV e instauradas por Pere II el Ceremonios en 1338.

 

En estas romerías creadas para tal efeméride, los hombres cargaban con pañuelos de fardo que contenían frutas rememorando las que fueron entregadas a la nueva reina de Valencia, creando así la primera mocaorà. Por otra parte, las figuras de la piuleta y el tronaor que acompañan a las frutitas, son una referencia a fuegos de artificio. En las celebraciones por la conmemoración del a reconquista, se fueron incluyendo disparo de petardos desde lo alto del Micalet.

Allá por el siglo XV fueron populares estos disparos, que consistían en el lanzamiento de triquitraques (el tronaor, con forma recta) i femelletes (la piuleta, con forma de lazo), para honrar la entrada del rey conquistador. Pero con el Decreto de Nueva Planta, estas dos tradiciones fueron prohibidas, por lo que los horneros y pasteleros valencianos quisieron mantenerlas pero de forma dulce. Así, idearon las piezas que hoy conocemos con los nombres de estos dos petardos y a las que añadieron pequeñas frutas de mazapán, todo envuelto en un pañuelo rememorando las dos fiestas prohibidas.

Este suculento presente, se regaló a las mujeres en claro guiño al regalo a Violant de Hungría pero, hoy en día, aquel que esté enamorado o enamorada o quiera demostrar su amor por un amigo o familiar ofrece la mocaorà en el día de los enamorados valencianos, el día de Sant Donís.

La tradición se fue extendiendo y ahora, la mocaorà ha llegado a traspasar la ciudad y esparcirse por la provincia e, incluso, por algunas poblaciones de Alicante y Castellón. Además, cada año, el Gremio de Maestros Pasteleros y Confiteros organiza un concurso donde se premia a la mejor mocaorà y otro paralelo, que elige el mejor escaparate decorado con la ocasión de la celebración del día de Sant Donís.

Imágenes: You Valencia

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