Y como primera opción, destacan una de las gárgolas del Puente del Reino. Sin duda, un ejemplo de que menos es más, y de que no hace falta fijarse siempre en los grandes monumentos, sino que a veces el éxito reside en los lugares más pequeños que nos pasan desapercibidos a primera vista. La fotografía de esta gárgola es más que romántica, y de hecho estas esculturas han dado pie al sobrenombre con el que se conoce a este Puente de las Gárgolas. Y siguiendo esta época más antigua de la ciudad, otra de las estampas destacadas de Valencia es la Lonja. El antiguo edificio para mercaderes del pescado es uno de los más carismático de la ciudad.
No es el único lugar más moderno que aparece, porque el Palacio de Congresos también está representado en estas postales, y no solo por su edificio en sí, sino por los jardines que lo rodean, convirtiéndolo en una isla en medio de un paraíso de color, y sede de numerosas convenciones y conciertos, que todos alaban por su grandiosidad y buen diseño. Y si seguimos con diseño, toca hablar de la Plaza del Ayuntamiento, que aunque ha variado mucho a lo largo de este siglo, conserva el edificio consistorial y la gran plaza central, ahora peatonal una vez al mes.
El Palau de la Música es una postal en sí misma, por ser uno de los edificios más bellos de la capital del Turia. Posee numerosas vistas, aunque la más poderosa es la que podemos ver desde el jardín de bajo, con el Palau en forma de pentagrama con diferentes notas musicales. Una construcción carismática y llena de vida, que ofrece una de las mejores acústicas de Europa. Por su parte, la Plaza de la Virgen es también tan conocida como representativa de Valencia, en ella se ejecutan numerosos actos religiosos y civiles cada año, y es lugar de fotos, de encuentros, de celebraciones y de manifestaciones. Otra postal clásica que gana mucho recogida entre varios edificios importantes y majestuosos, y una fuente que también se lleva miles de fotos diarias.
Imágenes: Ayuntamiento de Valencia