El drama de ‘Turandot’ conquistará en otoño el Palau de les Arts

Es una de las óperas más importantes del siglo XX, que sobrevive con algunas versiones cien años después, cargada de drama italiano. Se trata de Turandot, obra de Giacomo Puccini -aunque completada por Franco Alfano, autor del último dúo y de la escena final), con libreto de Giuseppe Adami y Renato Simoni a partir de la obra homónima de Carlo Gozzi. Un auténtico espectáculo que llega este otoño al Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, del 17 al 31 de octubre de 2018 para invadir de gran ópera su sala principal.

Estrenada en el Teatro alla Scala de Milán en abril de 1926, su última vuelta de tuerca al asunto orientalista pucciniano veía la luz en 1926, dos años después de haber quedado inacabada la composición por la muerte de su autor, Giacomo Puccini. Tal acontecimiento había detenido el proceso en el momento mismo de la muerte de Liù, una de las protagonistas de este cuento chino, inspirado en una obra de teatro de Carlo Gozzi, escrita en 1762: Turandot.

¿Y qué vemos en esta ópera? Exterior de las murallas de Pekín. La princesa Turandot ha jurado que sólo se casará con un hombre de sangre real que resuelva los tres enigmas que ella ha preparado. Si éste lo intenta y fracasa, será decapitado. La multitud llena la plaza mientras un mandarín anuncia que el Príncipe de Persia acaba de fallar en su intento y que morirá al salir la luna. La muchedumbre, exaltada, pide la ejecución, pero retrocede ante los golpes de la guardia. Timur, rey tártaro ciego y depuesto, y Liù, su esclava china, se esconden entre la multitud.

En medio de la confusión, Timur cae y, cuando Liù pide ayuda, un príncipe desconocido se ofrece a asistirles. Éste, Calaf, reconoce en Timur a su padre y explica que va de incógnito porque sus enemigos les buscan. Timur le cuenta cómo ha huido acompañado por Liù, quien se ha ofrecido a guiarle. Cuando el príncipe pregunta a ésta por qué arriesga su vida, ella le contesta que es porque él le sonrió una vez.

Mientras el verdugo afila la espada, la muchedumbre, impaciente porque salga la luna, pide la sangre del príncipe persa. Sin embargo, cuando aparece, su hermosa juventud y su expresión triste arrancan súplicas de compasión. Calaf se une a ellos, y define a Turandot como malvada y cruel. La princesa se asoma y su radiante belleza se adueña de su corazón. Incluso cuando da la señal de ejecutar al persa, el príncipe desconocido permanece bajo el hechizo.

A pesar de los ruegos de Timur y Liù, Calaf se precipita hacia el gong que sirve para anunciar un posible pretendiente. Los ministros del emperador, Ping, Pang y Pong, también intentan disuadirle al describir la horrible muerte que le espera si fracasa. Al fin y al cabo, Turandot no es más que una mujer como tantas otras.

Las damas de Turandot entran y piden silencio; su señora descansa. Salen y el príncipe desconocido, animado por los fantasmas de anteriores pretendientes, insiste en su deseo de intentar resolver los enigmas. Una vez más, Liù le suplica. Él intenta reconfortarla pero, hechizado por la visión de Turandot, y pronunciando su nombre, golpea el gong… No te quedes sin verla. Adquiere tus entradas a Turandot en el Palau de les Arts Reina Sofía sobre este mismo enlace, y a partir de 15,00 euros. Te encantará.

Imágenes: Turandot (cc)

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