Causa estrés, ansiedad y desasosiego el hecho que las vacaciones de verano acaben y tengamos que volver a la rutina en nuestro trabajo o día a día. No siempre es tan fácil y para muchos es una cuesta difícil de recorrer. Pero no todo está perdido, porque siempre hay soluciones o consejos para evitar el trastorno que supone volver a la normalidad tras un periodo de vacaciones tan largo,
En primer lugar hay que tomarse un tiempo de reflexión y tratar de buscar el lado más positivo de la vuelta al trabajo. Aunque suena difícil, es necesario acudir el primer día de trabajo con la mente despejada y asumiendo que volvemos a nuestro puesto. Para ello, algunos psicólogos recomiendan adaptar las rutinas habituales de horarios, comidas y sueño los últimos días de vacaciones, para ir acostumbrando al cuerpo.
No esperar con tanta ansia los fines de semana y valorar el tiempo libre que nos deja. Son la mejor válvula de escape para el trabajo y por lo tanto debemos tenerlos en cuenta para descansar.
Debemos buscar momentos de pausa para reactivar la respiración, que nos ayuden a controlar el estrés y la ansiedad, si es que aparecen. De esta forma, conseguimos relajarnos ante el ritmo que adoptaremos de nuevo en el día a día. Por ejemplo, llevar una respiración abdominal nos favorece el control de los momentos de tensión y nos ayuda a recuperar el estado de ánimo tras una crisis de ansiedad o estrés.
Además de todos estos consejos, lo más recomendable es calma ante las situaciones estresantes y recordar siempre ese momento junto a la playa, porque eso querrá decir que lo has podido disfrutar y que ya queda un día menos para volver hasta allí.
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