‘Playbacks’ de nivel en el último Dijousos de grupo de Canal
Último jueves de playbacks de grupo, y la suerte está echada. Pasamos por una noche en la que el nivel fue más que aceptable, con tres número que destacaron especialmente, y en el que los nervios de la final empezaron a sobrevolar a las demás fallas que han participado en la modalidad B de este XXX Concurso de Playbacks de Junta Central Fallera. Pero vamos al lío, que es lo que nos interesa: Esto fue lo que dio de sí la tercera noche de jueves, de Dijousos.
La Falla García Lorca – Oltá abrió la velada, con Un golpe de suerte, sorprendiendo a los más nostálgicos con la canción La alegre calabaza que introducía al concurso de TVE Un, dos, tres… Responda otra vez y que nos abría a un mundo de concursos en el que hasta un cambio radical esperaba a los concursantes, con Tacañonas incluidas. Pero dentro de lo que esperábamos un musical divertido, resultó algo caótico por el frenético ritmo que imprimieron estos falleros curtidos en playbacks y que dejaron un buen sabor de boca a la hora de bailar, vocalizar y, por supuesto, de poner en escena todo un concurso. Decorado de diez, como es habitual en esta falla, aunque el único pero podemos ponerlo en el orden del cuerpo de baile, que en algunas ocasiones sus componentes parecían no llegar a sus puestos o marcar ciertos pasos, con una coreografía demasiado rápida para poder seguirla entre tanto cambio de vestuario, peluca y tocado. Inexplicable mezcla, además, de canciones en español y en ingés durante el número. Pese a todo, un buen inicio de noche, que nos recordó -y no poco- al más que aplaudido Mummy, I wanna be famous (de Pedro Cabanes – Juan XXIII) y en el que, casualmente, actuaba uno de los componentes de García Lorca.
En segundo lugar actuaron los miembros de Carteros – Litógrafo Pascual y Abad, que nos subieron al escenario La maldición de la rosa negra, un intento de innovación con dos buques insignia de la lírica, el Brindis de La Traviata y la Habanera de Carmen. No cuajó demasiado, y, más, cuando el cambio brusco de música no acompañó a la primera parte. En cuanto a la historia, en principio bien planteada, pero quizá faltó fuerza a la hora de contarla. Quedó algo deslucida, ya que no se llegó a entender a la perfección la idea expuesta. Como viene siendo habitual, Carteros no falló en coreografía y supo acoplar la vocalización al italiano y francés de la ópera. Algo flojo para en comparación con otros números que les hemos visto. Aún así, nos encanta verlos en el escenario de Canal y esperamos que el año próximo den una vuelta más de tuerca.
Esperado era el regreso de Fray J. Rodríguez – Pintor Cortina, que volvieron tras años de ausencia a los Dijousos de Canal con Un paseo por la fama, que nos transportó a la gala de los Oscar, eso sí, algo fallida… Y casi cancelada. Así era la historia de un playback con sello 100% de Fray J. De nuevo, demostraron ser una de las de siempre y nos ofrecieron un número lleno de ritmos y música diferentes, para contarnos la emoción que se vive en los Oscar, aunque haya quien la destroce. Aunque si eso pasa, siempre sale bien con ayuda de las musas del séptimo arte. Vistoso decorado, vestuario a la altura de la ocasión y, por supuesto, interpretación conseguida por los falleros de Fray J. que, entre un caos controlado, consiguieron devolvernos a años pasados y demostrar que están en plenas facultades. Como siempre, las intervenciones en momento de piña, de los que no se les puede ni rechistar. Geniales, como siempre, os esperamos en la final.
Seguidamente subieron al escenario los artistas de la Falla Arzobispo Olaechea – San Marcelino, que nos interpretaron su Rio Olympics Destination que, con la excusa de los Juegos Olímpicos nos llevaron por medio mundo para acabar bailando samba en Río de Janeiro. Un número que conjugaba diferentes partes enlazadas por una juez del COI que decidía qué parte del mundo le gustaba más. Bien bailado, pero quizá con una historia revisable para poder darle la vuelta y conseguir algo más. Algunos de los números estuvieron faltos de garra y, quizá, algo más elaborado les hubiera lucido más, aunque el número final de la llegada a Río volvió a encender al público con plumas, samba y mucho ritmo. Suerte para la final y esperamos que el año que viene se vengan arriba, van por buen camino.
Tras el descanso, las Prison Cid Girls actuaron en nombre de la comisión Ángel del Alcázar – José Maestre. Nos llevaron al pabellón para ver a las chicas encarceladas que, con maestría, nos cantaron su tango para enseñarnos lo malas que son y el por qué de su encierro. Con una escenografía minimalista, aunque suficiente para el número, las seis chicas del pabellón fueron introducidas por Mama y pasaron a bailar el tango y a matar una y otra vez al sufrido marido. Quizá hubiera estado mejor que toda la canción hubiese sido en inglés o en castellano, versión de las dos hay. Aun así el playback estuvo bien ejecutado, incluso en algunos momentos subió la temperatura del escenario. Tema fácil a priori, que puede resultar aburrido o clavado, caso este último el de Ángel del Alcázar, que se han superado respecto al año pasado y han dejado un Tango del Pabellón de Chicago muy a la altura de las circunstancias. Enhorabuena.
En penúltimo lugar apareció la Falla Mercado de Castilla, con Love in Wartime, la gran sorpresa de la noche. Lejos del italiano o francés empleados en los últimos años, la falla de L’Olivereta clavó y deleitó al público con un número impecable, tanto en vocalización y coreografía como en decorado o vestuario. Una historia ambientada en la II Guerra Mundial, en la que un soldado se alista, mientras le propone matrimonio a su novia. Estética de los 40, música muy bien elegida y una historia perfectamente entendible, con pin-ups y un gusto por hacer las cosas bien. Los fallos que pudieron tener pasaron inadvertidos, ya que la garra con el que defendieron su número les llevó a dar lo mejor de todos ellos. Enhorabuena por el número, dejó huella. Y, entre comentarios del público, no cabe duda que se necesita volver a verlo en la final.
Y, para cerrar la noche grupal, la Falla Plaza del Doctor Collado, con Gigi, con el que intentaron rememorar el musical homónimo. Un playback que quizá necesitaba de más ensayos y una puesta en escena más depurada. Aún así, la voluntad de estos falleros hizo que el número resultara, y pudimos ver un montaje a la altura de la noche en la que parecían jugar con todas las cartas por el ansiado pase a la final. Los del Doctor Collado tuvieron sus momentos, y la combinación de edades de entre los participantes fue un punto a su favor, como el esfuerzo empleado por todos ellos. Actuar últimos les puede pasar factura, aunque el resultado final fue correcto. No despegó, pero no se puede decir que fuese un mal número. Confiamos en que el año que viene repitan con más nivel todavía.
Así transcurrió la última noche de Modalidad B de este año, sólo queda saber quienes pasan a la final. Pero los dijousos de Canal continúan, porque toca disfrutar con los individuales y con las dos finalísimas, donde saldrá la mejor falla de este año en este mundo tan divertido, de brillantina y lentejuela que son los playbacks de las Fallas de Valencia.
Imágenes cedidas por la Revista Cendra
