Es tres de mayo, y eso implica un día de celebración y de reivindicación para todo periodista que se precie en España. Porque tal día como hoy está más que marcada en rojo en todos los calendarios, ya que es el Día de la Libertad de Prensa. Un derecho fundamental por el que podemos ejercer nuestra labor profesional y, además, podemos garantizar unos mínimos de información y servicio a los ciudadanos, además de promocionar, defender y participar de la democracia que supone nuestra vida, o al menos debería.
La libertad de prensa es, en sí, la existencia de garantías con la que los ciudadanos tienen el derecho de organizarse para poder editar y crear medios de comunicación cuyos contenidos no estén controlados ni censurados por los poderes del Estado y, a su vez, todo hombre o mujer pueda publicar sus ideas libremente y sin ninguna censura previa.
Originalmente, Suecia fue el país pionero en adoptar esta legislación de libertad de prensa en diciembre del año 1766. Tanto es el poder de los medios y la libertad que han de tener que en Estados Unidos este derecho está garantizado por la Primera Enmienda de su Consticución. En España está avalada también por la Constitución de 1978 y se recoge en el artículo 20 como uno de los llamados «Derechos fundamentales».
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