Estados Unidos premia al parque Gúlliver de Valencia

Gulliver 001Es el gigante más universal, que duerme en Valencia desde hace unos años, convertido en parque infantil donde cada día cientos de niños se divierten a lo largo de sus 68 metros. Además, ahora está de enhorabuena, porque el Gúlliver ha sido elegido como una de las zonas infantiles extraordinarias por el Museo del Diseño de Boston. Un reconocimiento que se une a las celebraciones del parque, que celebra su primer cuarto de siglo como rey de las risas y alegrías de los más jóvenes en Valencia.

Y es que es el símbolo de toda una generación, y ha crecido todavía más este año. Y no es que el señor tumbado haya aumentado su tamaño, sino que la zona de juegos infantil más grande de Valencia cumple 25 años como núcleo de diversión, de felicidad, de alegrías y de todo tipo de fiestas de los más pequeños de la casa. El 29 de diciembre de 2015, el personaje de la novela de Swift sopló sus primeras veinticinco velas, que será la primera tarta de muchas otras que, esperamos, llegarán para el disfrute de muchos más valencianos y turistas.

Es el parque más gigante de la ciudad, con 60.000 metros cuadrados de ocio sinfín. Artistas falleros, dibujantes y un arquitecto hicieron posible esta magnífica obra de arte y de juegos, que se encuentra enmarcado en el antiguo cauce del río Turia y que, desde sus inicios, se hizo famoso por sus grandes y largos toboganes, sus rampas y escaleras, y por representar a este célebre Gúlliver, por el que han subido y bajado generaciones enteras de valencianos, convirtiéndolo año tras año en uno de los lugares más visitados de la capital, gracias, además, a que su entrada, aunque acotada, es completamente gratuita.

Gulliver 003Y es que, un cuarto de siglo después de su inauguración, Gúlliver sigue descansando en este parque, con su figura de 68 metros de largo y otros 7 de alto, en una de las obras de ingeniería y arquitectura más ingeniosas de la ciudad, realizada por el arquitecto Rafa Rivera, con dibujos del diseñador valenciano Javier Mariscal. Ambos imaginaron este «río de niños» en el que los toboganes, las rampas y la felicidad más infantil se hacían a tamaño de gigante, con este personaje novelesco que tantas adaptaciones ha tenido. Colaboraron en este proyecto el artista fallero Manolo Martín, y también el dibujante Sento Llobell, haciendo posible cada centímetro de este gran espacio y que contaba -y contará- con una maqueta de la ciudad de Valencia en su interior, y que se restaurará «próximamente».

Desde su construcción, el Gúlliver supuso mucha innovación en materiales, en la incorporación de una estructura con referencia fallera, en la utilización del talento que tenía y tiene la ciudad de Valencia, con un presupuesto de 220 millones de las antiguas pesetas; 1,3 millones de los euros actuales. Un resultado que se incluye por obviedad en el patrimonio cultural e histórico de la ciudad, y que supone un paréntesis perfecto en el espacio urbano de Valencia, pero que queda perfectamente encajado en el buen ambiente y en el panorama lúdico e infantil de la ciudad. Su visita y disfrutes es completamente gratuito, y abre todos los días de verano. ¿Te apetece recorrerlo de nuevo?

Imágenes: Archivo You Valencia

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