Portugal gana el Eurovisión 2017 en que España queda última

Italia y no Portugal había sido la gran favorita durante meses. Desde que Occidentali’s Karma saliese escogida para Eurovisión 2017, todos los ojos estaban fijados en Francesco Gabbani. Una canción con letra crítica a nuestro modo de vida actual, tan conectado a redes sociales, con una escenografía sencilla, cuidada, simpática y con un baile pegadizo, además de un estribillo marcado y sensacional. Su victoria en Kiev (Ucrania) parecía más que cantada. Hasta que apareció en escena Salvador Sobral, el portugués que ha hecho historia en su país, y en toda Europa. Un chico sencillo, con una interpretación extraña, algo histriónica, de una canción romántica hasta decir basta. Y, de repente, la tortilla giró. Hasta ganar la partida.

Porque pocos podían imaginar que Portugal ganaría este año el Festival de la Canción. Hasta ahora, nuestro país vecino había participado en 47 ocasiones, y su máxima clasificación era una sexta posición en 1996. Llevaba desde 2010 sin pisar la gran final y, de hecho, se había ausentado un par de veces, por problemas económicos y falta de presupuesto. Este 2017 regresaban, y quién iba a decir que por todo lo alto. Concursaban de nuevo en portugués, con un Amar pelos dois muy edulcorada. Una letra apasionante con un final muy claro: «Mi corazón puede amar por los dos«. Así de directo es Salvador Sobral.

Un cantante nada novel, y muy conocido en festivales alternativos. De hecho, ha actuado incluso en España, país donde ha vivido alguna temporada. Ahora en cambio había vuelto a su Portugal natal, recientemente operado de un par de hernias, y con una enfermedad que llegó a complicarle su participación en el Festival. Tanto es así, que la organización de Eurovisión le permitió no ensayar hasta el último día, a diferencia del resto de participantes. Su hermana, también autora de la canción, le sustituía en los pases de cámara y realización. Dicen que está esperando un trasplante de corazón, algo que él no ha querido reconocer ni desmentir.

No importaban sus dificultades, porque el talento de Salvador Sobral iba mucho más allá de Portugal. Su victoria ha sido más que aplastante. La mayor puntuación de la historia del Festival, con 758 puntos. Favorita del jurado de profesionales de cada país, y también del televoto. Nadie podrá discutir esta victoria, la primera de Portugal en Eurovisión. Hasta el último momento hemos estado en vilo por si ganaban ellos o lo hacía Bulgaria, otra de las grandes favoritas, gracias a una balada intensa y perfecta en escenografía, con el jovencísimo Kristian Kostov, de apenas 17 años, cantando como un auténtico profesional. Y que ha quedado segundo, a más de 140 puntos de Salvador.

El televoto ha vuelto a hacer de las suyas, como el año pasado, y otorgaba una tercera posición final a Moldavia, casi con la mitad de puntos que el segundo, pero muy empatado con el cuarto, quinto y sexto. Los del saxofón han sido muy apoyados por la audiencia, gracias a un tema gamberro, divertido y fácilmente recordable, además de muy apto para cualquier discoteca. Bélgica se alzaba con el cuarto puesto, Suecia con el quinto, repitiendo grandes datos, e Italia era sexta, a pesar de ser la gran favorita a todo desde hacía semanas. Los votos del público también subían mucho a última hora a Croacia y Francia, más maltratadas por el jurado profesional.

En el otro lado de la moneda, un país que lleva de capa caída desde 2012. Alemania había sido última en 2015 y 2016, y este año ha sido penúltima. Solo por detrás estábamos nosotros. España. Manel Navarro cumplía expectativas, ya que en todas las casas de apuestas se nos dejaba en último lugar. Tan solo cinco puntos (gracias al televoto) para el cantante catalán. Ningún país, a través de sus jurados profesionales, ha votado este año a España. El Do it for your lover ha pasado despercibido, y en redes sociales solo se hacían eco del gallo que el cantante ha lanzado a mitad de actuación, en uno de sus tonos más agudos. España obtiene así este 2017 la última posición, que no teníamos desde 1999, y con la menor puntuación obtenida, también, desde ese año, cuando Lydia Rodríguez cerró la tabla con solo un punto.

Paradojas del destino, España a la cola, y Portugal haciendo historia en la primera posición. Más curioso aún es que ni siquiera ellos, a nuestro lado geográficamente, nos han dado un solo punto. Será que no lo mereceríamos. Será momento de replantearse para el año que viene, que Eurovisión estará muy cerca, qué clase de candidato, canción y puesta en escena llevamos al Festival. Portugal ha ganado con una balada, cantando íntegramente en portugués, y sin coristas, bailarines ni fuegos artificiales o efectos especiales. La sencillez hecha triunfo. A veces, menos es más. Y Eurovisión siempre es una caja de sorpresas, que este año ha preferido decantarse por el alma, la pasión y la entrega de una actuación íntima, diferente y arriesgada, frente a otros temas más festivaleros como Rumanía o Suecia. Felicidades, Portugal. Felicidades, Salvador Sobral. Nos vemos en 2018.

Imágenes: Eurovision.tv

Comenta la noticia

Your email address will not be published.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Start typing and press Enter to search