La tradición de la Escuraeta no tiene una dotación clara y definida, aunque podemos encontrar sus orígenes en la época de la recristianización de la ciudad en tiempos de la reconquista del Rey En Jaume, sobre los siglos XIII-XIV. En un primer momento, este mercadillo era el escaparate de los aprendices de alfareros exponían sus trabajos para demostrar su habilidad y destreza y conseguir así la entrada al gremio y convertirse en maestros.
Poco a poco, al trabajo de los aprendices, se fueron sumando en cada edición del mercadillo, todo tipo de lozas, vajillas y otros utensilios de cocina, todo fabricado en barro. Es como ha llegado a nuestros días, aunque hoy en día, podemos encontrar las típicas campanetes de la Mare de Déu y otros artículos de souvenir, que hacen más atractiva la cita a los visitantes.
Sin duda el mercadillo de la Escuraeta, es para los más pequeños de la casa, ya que para muchos significa la compra de algún juguete por parte de algunos de sus familiares. Los típicos chiulets con forma de pajarito, junto a las campanitas son el producto estrella de niños y niñas.
Sin duda es una de las citas más tradicionales y pintorescas de dos de las fiestas más singulares e importantes de la ciudad. Una cita que no se entendería sin la algarabía propia de una ciudad que vibra con sus tradiciones.
Imágenes: You Valencia