Ideado por el arquitecto Francisco Mora Berenguer en 1914, tiene una superficie total de 3.500 metros cuadrados, en una planta basílica de 3 naves, rematada con una gran cubierta y dos voladizos a los lados. Destaca su color rojizo de los ladrillos y los mosaicos con motivos valencianos, realizados con la técnica del trencadís. Como en cualquier obra modernista, el hierro presenta un protagonismo especial. Situado en el Primer Ensanche de la ciudad de Valencia, delimitado por las calles Cirilo Amorós, Conde Salvatierra, Martínez Ferrando y Jorge Juan, el Mercado de Colón se enclava en el núcleo de una de las zonas de mayor actividad comercial de la ciudad y constituye hoy en día el centro vital de la ciudad de Valencia.
La necesidad a principios de siglo de un mercado de abastecimiento para la zona, respondiendo a una demanda generalizada por parte del creciente vecindario, fue atendida en el seno del Ayuntamiento originando así la segregación de una de las manzanas del ensanche, exactamente en parte de los solares donde se ubicaba la antigua fábrica de gas del marqués de Campo, dando lugar a la aparición de una nueva calle denominada Blanquells ( actual Martínez Ferrando), quedando así la manzana como la conocemos actualmente y disponible para la ubicación del nuevo mercado, ocupando una superficie de 4.337 metros cuadrados.
El edificio se inaugura en la Nochebuena del año 1916, con gran aceptación por parte de la sociedad de la época. El proyecto de habilitación ha creado un marco elegante y sensible donde se puede apreciar el monumento en un entorno moderno y cómodo donde la vanguardia de hoy se une al Modernismo del pasado. El proyecto contemporáneo sirve de contrapunto elegante del edificio histórico y deja el protagonismo del monumento intacto creando un espacio donde relajarse, ver y escuchar con calidad de vida el atractivo del centro de la ciudad.
La actuación se centra en la formación de seis cubos de cristal con retroiluminación interior, que alojan los comercios de la planta baja, dejando la planta inferior para la ubicación de un restaurante, una zona comercial y una zona de mercado, que se conecta visualmente con la planta baja mediante el hueco dejado en la primera fase de la obra como tema predominante y con acceso mediante escaleras mecánicas dejando como telón de fondo un arbolado que nace desde el forjado inferior apoyado en una cascada de agua.
Imágenes: Mercado de Colón