Hombres y mujeres pueden reconocerse a través de ciertos objetos que les han acompañado a lo largo de los tiempos –a la hora de alimentarse, de vestirse, de desarrollar un trabajo o, simplemente, disfrutar de su ocio–, ya que esos objetos son depósitos de la memoria, tanto individual como colectiva. Nos informan sobre costumbres y creencias, y también sobre las circunstancias históricas y sociales del momento en que fueron utilizados. Pero al mismo tiempo sugieren ideas, permiten establecer relaciones entre conceptos muy diversos, despiertan en quienes los contemplan todo tipo de sentimientos e invitan a soñar, a imaginar y a evocar otros lugares o momentos.
Ése es el objetivo de la exposición: plantear un diálogo entre sus visitantes y los objetos del Museo del Prado, tanto los «reales» o tridimensionales como los representados en la cuidada selección de pinturas que forman parte de ella. Los objetos que nos rodean y que utilizamos de manera natural, automáticamente o conscientemente, son una parte esencial de nuestra vida. Necesitamos vestirnos, alimentarnos, desempeñar un trabajo, disfrutar de las aficiones, y los objetos son indispensables para estas tareas, como seguramente ya nos habremos dado cuenta a estas alturas, no solo de la exposición, sino también de nuestras vidas.
La exposición se articula alrededor de cuatro secciones temáticas: la clave está en el objeto; los objetos nos retratan; un mensaje escondido y el coleccionismo. ¿Por qué coleccionamos cosas? ¿Por el deseo de acumular bienes y propiedades o por el gusto de contemplarlas? No te pierdas esta maravillosa exposición de arte en el Centro del Carmen de Valencia. ¡Te sorprenderá!
Imágenes: Museo Nacional del Prado