La representante de Haití, Raquel Pélissier, se convirtió en la primera finalista del concurso de belleza, que dejó en tercer lugar a la colombiana Andrea Tovar, gran favorita desde el principio de la gala. La actual Miss Universo es modelo y estudia Medicina dental en su país, para poder ser odontóloga, una de sus grandes pasiones. No lo tuvo fácil Iris, ya que al comienzo del certamen eran 86 las aspirantes a coronarse con este ansiado título, que tuvieron que pelear con tres desfiles, como cada año: traje de baño, vestido de noche y traje que recordara a su nación.
Porque el traje regional ha quedado ya más que olvidado, para dar paso a nuevos aires y creaciones vanguardistas y llamativas. La prueba de baño en cambio no evoluciona, a pesar de que otros certámenes ya no la incluyen en sus desfiles obligados, al considerarse un machismo innecesario, pese a que facilita la visión del jurado de las medidas y tatuajes reales de las aspirantes. Lo que sí ha ido cambiando es el método para elegir a la Miss Universo, que primero celebró una criba dejando a trece seleccionadas, luego solo a nueve, más tarde a seis… Y finalmente solo a tres.
Ahora, la modelo gala quiere «viajar alrededor del mundo» y «realizar acciones de caridad, para promocionar la educación para todos los niños, y en especial, para las mujeres jóvenes». Toda una declaración de intenciones de este certamen de belleza y solidaridad, que también muestra que una cara bonita va acompañada de mucho más. Felicidades a Iris. Y a toda Francia.
Imágenes: Miss Universo