Ya se sabe que un día de Pascua, un tal Pepito lloraba porque no podía volar su cachirulo. Pero es que la tradición valenciana manda que durante los días pasajeros, toca mona, panquemao, llonganissa y, por supuesto, ‘empinar’ el cachirulo. Y es que no hay juego al aire libre que más llame la atención a los pequeños de la casa que el hacer volar una cometa en el campo o en la playa, aprovechando las rachas de viento en las tradicionales salidas por Pascua de las familias valencianas.
Pero las cometas llegaron al mundo occidental desde la antigua China, concretamente al rededor del 1.200 a.C., donde se utilizaban con fines militares y que, además, servían de distracción en concursos y combates de estos artilugios voladores. Sobre el siglo XII ya se tiene constancia del uso de las cometas en Europa por niños y adultos como juguete, adquiriendo una rápida fama. Pero es por nuestras tierras, donde la artesanía se puso en marcha y creó los cachirulos, que pronto se pusieron de moda en las salidas al campo de los días de Pascua. El motivo, aprovechar las brisas que durante marzo y abril se levantan, para hacerlos volar, compitiendo con otros juegos pasajeros como la comba.
Y aunque este año no podremos salir al campo o a la playa a celebrar los días de Pascua, nunca está demás preparar nuestros cachirulos para hacerlos volar en breve, cuando el cielo pueda volver a llenarse de estos voladores, como cuando ocurrió en el año 2017 y que podéis recrear en nuestros programa.
XX Festival del Viento
Imágenes: You Valencia