Porque el ballet Don Quijote, de Marius Petipa, fue uno de los espectáculos más aplaudidos y populares de Rusia, junto a El Lago de los Cisnes. Creado en 1869 sobre una partitura de Ludwig Minkus, es una obra llena de color, que rompe el universo de las criaturas sobrenaturales y etéreas de los clásicos ballets del siglo XIX, y que pone en escena a la gente del pueblo. Para ello, el libreto se basa en un episodio del segundo volumen de la novela de Miguel de Cervantes, con una acción centrada en los amores tumultuosos de Quiteria y Basilio, dejando en segundo plano a Don Quijote y su inseparable Sancho.
Si no te quieres quedar sin verlo, puedes adquirir tus entradas, a partir de 10,00 euros, en este mismo enlace, y disfrutar de la escenografía de Raúl García Guerrero, con vestuario de Carmen Granell. Además, el espectáculo cuenta con la colaboración de Óliver Díaz, actual director titular del Teatro de la Zarzuela de Madrid, se une con esta partitura a la nómina de ascendentes batutas nacionales que han trabajado con la OCV desde su constitución. El director ovetense, único español, hasta la fecha, premiado con la beca Bruno Walter, cuenta con destacados trabajos en ópera y zarzuela. En el foso, Óliver Díaz cultiva un extenso repertorio que comprende desde el barroco hasta la música contemporánea, con conciertos en Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Portugal y Rumanía.
Imágenes: Jesús Vallinas – Les Arts