El Ayuntamiento de Valencia ha dado a conocer la falla municipal para el año 2020 que se plantará en su imponente plaza y que lleva por lema Açò també passarà, con un con un remate que representa la figura de una mujer empoderada, sólida y en posición de meditación. Los artistas falleros Manolo Martín, José Ramón Espuig y el diseñador Escif presentaron este pasado miércoles 12 de junio en el Centro Cultural de Carmen el boceto de la falla municipal de las Fallas de Valencia 2020. El boceto, de momento, representa una enorme mujer… Y «nada más. Una mujer majestuosa, elegante, profunda. Una mujer apoderada, sólida, contundente», señalaron los artistas durante su intervención.
De esta manera, la figura central irá acompañada de diferentes escenas que se encontrarán «descentralizadas» por toda la plaza del Ayuntamiento. Además, durante la explicación de su obra, los artistas resaltaron como la fiesta de las Fallas toma las calles de la ciudad. «La pólvora, el fuego, la luz y el calor de la gente conforman un escenario festivo incomparable y muy atractivo. Son días de celebración en los cuales el mundo se para. O al menos esto parece», añadieron. La meditadora, con su movimiento casi invisible, nos demuestra lo contrario.
El río sigue su cauce y esta falla, como todas las anteriores, también cambiará con el fuego, recibiendo con su cara más amable la llegada del buen tiempo. Otro año más, después del invierno, llegó al fin la primavera. Conciencia, vida y movimiento son las ideas que predominan en un proyecto que parte de la ley de la impermanencia.
Ley de la «impermanencia»: Açò també passarà
Cuenta la leyenda que hace ya muchos años un hombre muy rico murió siendo ya viejo. Sus hijos decidieron dividir el patrimonio a partes iguales. La mitad para cada uno. Cuando todo estaba dividido encontraron un pequeño paquete que su padre había escondido. En el paquete había dos sortijas. Una era de oro y diamantes. La otra de latón. El hermano mayor, sintiendo avaricia, decidió quedarse con la sortija más valiosa, alegando que quizás era una sortija familiar que tendría que pasar de generación en generación. El hermano menor sonrió y aceptó la decisión. A partir de aquí, cada uno vivió su vida.
El hermano mayor, que se había quedado con la sortija de oro, se sentía muy feliz al llegar la primavera, pero cuando llegaban tiempo como los duros inviernos, se sentía muy deprimido e infeliz. Su mente se desequilibraba con facilidad. El hermano pequeño se paró a pensar: «Mi padre guardó con mucho cuidado la sortija de oro, esto es evidente, pero también guardó en el mismo lugar y con la misma atención esta sortija de latón. Tiene que tener algún significado». Entonces, al examinarlo con atención, vio que tenía una inscripción en su interior, que ponía: Açò també passarà.
Año tras año, las llamas se lo llevan todo. La ilusión, la energía, el tiempo y la entrega absoluta de todo un año se desvanecen la noche de la quemó para volver a aparecer al cabo de pocos días. Esta es posiblemente una de las características intrínsecas de las fallas y posiblemente su gran riqueza. Aceptar el carácter efímero de nuestra fiesta también nos revela una de las grandes leyes universales de la naturaleza. Todo cambia todo el tiempo. El presupuesto previsto para la falla municipal de Martín, Espuig y Escif es de 205.000 euros.
Fotografías: Armando Romero y Fiestas de Valencia para Fallas.com