El mejor Arturo Fernández, divertidísimo en ‘Enfrentados’
Público sentado, engalanado, atento, en silencio, pendiente a lo que dice el orador. Frente a ellos, de cara a todos, un único hombre, vestido de negro, elevando su voz con solemnidad, ofreciendo su discurso que interpreta con elegancia y contundencia. Todavía no sabríais decir si estamos describiendo un teatro o una iglesia. O, quizá, es que hay una parroquia metida en escena. Pero no es el templo más normal y sencillo, y el sacerdote tampoco es usual, con un carisma y una vitalidad que desbordan energía y comunicación. Estamos dentro de Enfrentados, la nueva comedia de Arturo Fernández.
Y ahí está él, subido al púlpito, a sus 86 años (cumplirá otro más el próximo 21 de febrero, actuando en directo con Enfrentados en nuestra Valencia). Es el Padre José María, un párroco que gusta dialogar con sus feligreses al final de cada misa. O gustaba. Porque entre tanto debate surge una voz discordante, díscola, agresiva y firme. Es el seminarista Tomás de la Casa, interpretado por Bruno Ciordia, que desde el patio de butacas sorprende e increpa al sacerdote, poniéndole en más de un aprieto.
No se crean que el cura se acongoja, puesto que él tiene claras sus ideas (o eso parece) y la experiencia de toda una vita para poder defenderlas ante todos. Claro que el joven seminarista también tiene su posición demasiado arraigada, y esa valiente postura que ofrece su corta edad para poder elevar su tono y creerse en la razón. La lucha, como se puede imaginar, pasa en Enfrentados por todos los campos de la iglesia católica y sus pilares morales: el celibato, la rebeldía, el sacerdocio de mujeres, el matrimonio homosexual. Hasta la cantidad de vino que uno ha de tomar, si es que le gusta el vino.
Las dos caras de la moneda de una iglesia muy real, con una escenografía calculada al milímetro que nos transporta de lleno a la parroquia más divertida de Valencia. Un texto muy actual (gracias a la versión de Carmen Quesada) pese a haberse estrenado en 1980 en Broadway. ¿Está el catolicismo anclado en sus valores? ¿Se acercan los párrafos a la imagen de Jesús? ¿Hay libertad de cátedra entre los sacerdotes? Lo iremos descubriendo a medida que estos personajes discuten, a veces acaloradamente, sobre el escenario.
Bruno Ciordia se mete eufóricamente en su papel, abiertamente exaltado y con toda la vitalidad que necesita. No es para menos, ya que frente a él se halla uno de los grandes maestros de la escena, el eterno Arturo Fernández, al que no se le escapa una frase, tan contundente como sobrio, dinámico y mordaz. Su papel es una joya que él logra hacer brillar con mayor intensidad. Su perfecta expresión corporal y su gran cadencia a la hora de recitar su prosa luce todavía más a un personaje de por sí desternillante, que atraviesa diferentes emociones y que no puede perder la compostura, aunque la pierda a cada instante.
Un tándem maravilloso en el escenario que se desenvuelve con garbo entre bromas, puyas, ironías y ataques a diestro y siniestro. Genial y muy divertida, Enfrentados es una obra para todos, de visión obligada. Hasta el 20 de marzo en el Teatro Olympia de Valencia. No puedes perdértela. Compra ya tus entradas sobre este mismo enlace.
Imágenes: You Valencia
