Las mejores canciones para ganar Eurovisión 2019

Mayo es el mes favorito de los eurofans, porque saben que llega la gran temporada de actuaciones, ensayos, porras, quinielas y todo lo que conlleva Eurovisión. Este año se celebra en Tel Aviv, ciudad de Israel y son 41 los países que se concentrarán durante esta semana y a que viene para poder ganar un ansiado Festival cuyo palmarés, de momento, aún no tiene a todos los países que compiten. Islandia, Croacia, Moldavia, Armenia, Bielorrusia, Rumanía, Lituania, San Marino, Hungría, Macedonia del Norte, Montenegro, Albania, República Checa, Chipre, Bulgaria, Malta, Eslovenia, Australia, Georgia y Polonia jamás han visto a sus cantantes ganar el certamen y, por eso, algunos compiten con mucha fuerza año tras año, a la espera de poder lograr, al menos, su primera victoria y ser, al fin, los mejores del año.

Muchas propuestas donde elegir, pero solo 26 serán los afortunados que compitan en la gran final por arrasar en Eurovisión 2019. Hay seis finalista ya: Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, España e Israel. A ellos se sumarán otros veinte, diez por cada semifinal, emitidas los días 14 y 16 de mayo. Y así, el sábado 18 de mayo habrá una gran fiesta en Tel Aviv, con todos estos países actuando de nuevo por lograr el Micrófono de Cristal, el premio físico del certamen. Hoy vamos a conocer a los diez mejores países de este 2019. Las mejores propuestas del Festival. Y, quien dice diez, dice once…

BONUS: Ucrania

No, Ucrania no concursa este año. Pero sí llegó a tener cantante y canción seleccionada. Era este potente Siren song (Bang!) de Maruv que, con total probabilidad, se hubiera ubicado en esta zona de puntos de Eurovisión 2019 y, por eso, lo seleccionamos al final del reportaje. Maruv defiende un tema sensual, activo, vanguardista y con un ritmo tan potente como ella. Denota personalidad, esencia ganadora y una vuelta de Ucrania a sus Divas que tan buenos puestos le han otorgado. Porque, señores, Ucrania siempre ha pasado a la gran final, nunca ha sido eliminada, y además ostenta dos victorias, en 2004 y 2016, además de otras siete ocasiones en las que ha quedado en el Top10 de la final. También hubiera quedado especialmente bien este tema, con el que Maruv quería relanzar una carrera que ya lleva dos discos en el mercado, y que la ha hecho muy popular en su país y en Rusia, principal motivo por el que Ucrania, finalmente, decidió vetarla y quedar fuera del concurso. Una auténtica pena. Era tema para directazo. Lo que nos hemos perdido.

10- Dinamarca

La canción de Dinamarca no puede ser más preciosa, digna y exquisita. La sencillez le otorgan un punto especial a una escenografía que gira (o sube y baja, mejor dicho) alrededor de una silla enorme en la que Leonora canta, sentada, medio en inglés y medio en francés una oda al amor que nos llega al alma, por bonita. No necesita grandes alardes de voz, ni de ritmos discotequeros, tampoco de una coreografía difícil. Todo está perfectamente pensado para gustar en un claro menos es más, salvo el tamaño de la silla. Leonora es una cantante maravillosa pero, además, una patinadora de nivel. Ha ganado alrededor de una decena de premios nacionales e internacionales de patinaje artístico y, de hecho, es entrenadora de profesión. Mientras, está esperando a que se publique su primer álbum de estudio, que es probable que logre después de su paso por Eurovisión.

«Viaja por el mundo para ver las ruinas de lo que ha sido. Podríamos aprender de nuestra historia, pero aún así, no la llegamos a entender. Por eso lo complicamos todo. ¿Pero quiénes somos nosotros para juzgar? El amor es para siempre, para siempre y para todos. Un sabor de amor es todo lo que tenemos, así que no te rindas, amor. Imagina lo que podríamos hacer después de lo que hemos pasado. Ven a descubrir la vida, vamos todos esta noche. El tiempo no se ha agotado todavía. ¿Qué dices, amigo mío? Todo lo que necesitamos es amor, y el amor está ahí para todos. El amor es para siempre, así que nunca te rindas».

Dinamarca tiene tres victorias en Eurovisión, y salvo en cinco ocasiones, siempre ha pasado a la final. Concursa desde 1957, por lo que es todo un balance muy positivo. Veremos qué ocurre este año. Será una de las mejores actuaciones en directo, sin duda.

9- Israel

Nadie podrá decir que Israel no ha hecho los deberes. Es el país anfitrión, sí. Pero no por eso ha querido rebajar el nivel. Más bien, aspira a lograr, como hizo en 1979, revalidar su título. Un país con 42 participaciones, 35 finales y cuatro triunfos merece, desde luego, una canción a esta altura. Llevaban cuatro años seguidos quedándose en semifinales, pero desde 2015 han vuelto siempre a su final, con ganas y con esa calidad que Israel suele presentarnos. Uno de nuestros países favoritos, por muchos motivos, este año cantan en inglés con la prestigiosa voz de Kobi Marimi. Mide metro noventa y es un reconocido cantante y actor de musicales y ópera que, de adolescente, tenía miedo escénico por su altura y sobrepeso. Adelgazó 30 kilos, se quitó todo complejo. Y ahora lo veremos cantar como el artista que es. Un artista capaz de revivir en la selección nacional de Israel, ya que fue eliminado, pero por presión de la audiencia, fue repescado. Y, finalmente, ganó este pase a Eurovisión 2019.

Un pase más que merecido con una balada intensa, de esas que emocionan, que permiten lucir voz, que se sabe que se cantan desde el corazón, con auténtico sentimiento y la sensibilidad que Kobi Marimi otorga a cada nota, poniéndonos la piel de gallina con una interpretación sublime de este Hogar: «Atrapados en este momento, aquí, mi corazón se detiene. He estado corriendo descalzo hacia la cima de la montaña. Nada viene tan fácil como se va. El hogar estaba tan lejos, me ha dejado cicatrices. Pero me niego. Otro golpe no va a ser un nuevo moratón. Siento el sol sobre mi piel. Me sacaste el corazón. Me hiciste alguien. Estoy de pie y no me rindo. Y ahora, que he terminado, me voy. Hacia mi hogar. Porque yo soy alguien. Al fin sé que soy alguien».

8- Italia

Italia lleva años enviándonos propuestas muy diferentes a lo «establecido», a ese ritmo eurovisivo que todos conocemos. Y este año, tampoco fallan a su cita de distanciarse rápido de la competencia. Lo hacen con Soldi, un tema medio rap con el que Mahmood se defiende con total eficacia y escala hacia arriba en las casas de apuestas. El joven, de madre sarde y padre egipcio, tiene una trayectoria ya avalada en la música. Estudió piano y canto desde pequeño y, además, lleva trabajando desde 2012 con distintos singles y apariciones televisivas en programas de talento. No es de extrañar, por tanto, que este año venciese el Festival de Sanremo por encima incluso de Il Volo. Pero es que la canción de Mahmood tiene aire fresco, moderno, rebelde y, además, cumple su función de ser pegadiza, cantable y hasta bailable.

«En el extrarradio hace mucho calor. Tranquila, mamá, estoy llegando. Te enfadarás, me llamarás mentiroso. Creías que era amor, pero era otra cosa. Bebe champán durante el Ramadán. En televisión veo Jackie Chan. Fuma en la cachimba y me pregunta qué tal. Pensabas en el dinero como si yo hubiera tenido dinero. Dime si me echas de menos o si te da todo igual. Me preguntabas qué tal, dime ahora qué tal. Lo que tienes que decir no lo has dicho. Traicionar es una bala en el pecho. Coge tu caridad. Mientes en casa pero ya sabes que lo sabe. Me sentará en la silla y me preguntará qué tal. Ya sabes qué tal. Pienso rápido para saber si mañana me vas a volver engañar. Y es que yo ya sé lo que eres. Es difícil estar en el mundo cuando pierdes el orgullo. Pero es que he comprendido que tú de mí solo querías dinero. Yo de ti no quise nunca dinero. Salir de casa un día, dejar la ciudad sin que nadie lo sepa. Me preguntas qué tal. Pero ya sabes qué tal… Hijo mío, amor, ven aquí, me decías jugando, con aire orgulloso. Amor que parecía de verdad. Son mis ganas de volver a como éramos antes. Papá, ¿dónde estás?».

Una letra directa, que juega con doble personalidad, y que va dedicada directamente a su padre, que abandonó a su familia cuando Mahmood tenía solo cinco años. Dará de qué hablar. Italia compite en Eurovisión desde 1956 y ha concursado 44 veces y siempre ha estado en la gran final. Este año tiene igualmente el pase asegurado, por ser miembro del Big 5 desde 2011. No nos sorprenderá todo lo que pueda subir en la tabla. Dos victorias tiene Italia. Quién sabe si estamos ante la tercera.

7- España

Que nadie piense que porque Miki estuviese en Operación Triunfo 2018 es un novato en la música. El joven catalán (tiene 23 años) es el vocalista también de la banda Dalton Bang, con la que ha realizado numerosas actuaciones -y las que le esperan- desde 2016. Un recorrido breve pero intenso para un chico que ha estudiado Magisterio de Educación Primaria y que ha recibido clases de guitarra y de piano. Su popularidad, efectivamente, se debe al programa de Televisión Española OT 2018, en el que quedó sexto finalista, pero que le sirvió para que le ofreciesen hasta tres temas distintos con los que ir a Eurovisión 2019 y que, finalmente, fuese el flamante ganador de nuestra elección nacional, con el 34% de los votos.

La venda es la canción elegida de España para poder lograr un más que esperado tercer triunfo en el Festival, que no gana desde 1969. Nuestro país ha ido siempre a la gran final (ahora la tiene asegurada, además) y ha participado un total de 60 veces. Pero desde 2014 y Ruth Lorenzo no logramos estar entre los diez primeros puestos. Hay que remontarse a 1995 para ver a España con una medalla de plata en Eurovisión. La propuesta de este año no es mala en absoluto. Representa fiesta, cierto gamberrismo, diversión y una esperanza de seguir adelante que Miki transmite de manera sensacional. Es España en estado puro, ritmo de verbena, de tardeo en una terraza con todo el sol sobre nosotros. Ritmo fresco, estribillos pegadizos, frases cortas y sencillas. ¿Podremos enamorar a Europa y Australia con ella? Ojalá guste tanto como a nosotros.

Como anécdota, uno de los coristas de Miki, Mikel Hennet, ya estuvo en Eurovisión. Concretamente, en el año 2007, porque era uno de los cuatro integrantes del grupo D’Nash con ese I love you, mi vida, que quedó en 20º lugar. ¡Mucha suerte, Miki! «Te compran porque te vendes. Te vendes porque te sobras. Te pierdes porque hay camino. Te digo: Hay otras cosas. Te sales porque te quieres. Te quieres, tu mente en forma. Te eliges porque hay camino. Te rezas porque confías. Te sientes que ya tenías. Te vives, alto voltaje. Te traje buenas noticias. Te vales, y ya no fuerzas. Te vives y te interesas. Te saltas, no quedan normas. Ahora, la vida loca. La venda ya cayó, y sólo quedó la alegría. La venda ya cayó y empezarán nuevos días. La venda ya cayó, avivando fantasías. La venda ya cayó, y serás cómo querías. Lo que ere, lo que ere, ere, lo que ere, ere… La venda ya cayó y serás cómo querías».

6- Países Bajos

Lleva semanas siendo la gran favorita para ganar Eurovisión,  y no faltan motivos. La canción de Duncan Laurcence tiene aires de canción sobresaliente, un coro que refuerza a las mil maravillas las notas de la melodía y una voz de un cantante que hace lo que quiere con ella. Estrofas pausadas, estribillos reforzados y fáciles de recordar. Países Bajos ha ensayado mucho para este momento, con toda clase de propuestas en los últimos aDuncan Laurcence ños. Pero quiere su quinto triunfo, que atrás quedó su cuarta victoria (año 1975). Otro de esos países con suerte, de sus 59 participaciones han conseguido pasar a la final 50 veces. Pero, ojo, que de las nueve veces que no han logrado clasificarse, ocho han sido seguidas. Sí, entre los años 2005 y 2012. Como para deprimirse.

No lo hicieron, y han vuelto con ganas, con fuerza, y con un cantante que, de momento, tiene todos los ojos puestos en él. Un cantante al que no podemos llamar novel, pero que todavía no ha llegado a sacar su propio disco. Se dio a conocer en 2014, en la versión de La Voz de su país. No ganó, pero se pudo permitir el formarse en Reino Unido y Suecia. Ahora, Laurence llega para intentar seguir siendo el favorito y ganar Eurovisión 2019. Su escenografía peca de demasiado íntima, con la única fuerza de su voz, su interpretación y un piano. Veremos si logra ser el vencedor. Tiene ante sí una de las canciones más difíciles de cantar, sin duda. Pero también de las mejores.

«Un corazón roto es todo lo que quedó. Todavía estoy arreglando las grietas. Perdí un par de piezas cuando lo llevé a casa. Tengo miedo de todo lo que soy, mi mente se siente como un lugar desconocido. El silencio resuena dentro de mi cabeza. Gasté todo el amor que he guardado. Vi el final antes de comenzar, pero aún así, seguí. Siempre fuimos un juego perdido. Y yo, un chico de pueblo pequeño en un gran videojuego. Me hice adicto a ese juego, y ahora todo lo que sé es que amarte es un juego perdido«.

5- Chipre

Para analizar a Chipre hay que olvidar tres cosas: Que Tamta no es Eleni Foureira. Que Replay no es Fuego. Y que el compositor de ambas canciones es la misma persona. Solo así entenderemos que las comparaciones son odiosas, pero que no hay que mirar al año pasado, sino al presente. Dicho esto, nos enfrentamos ante la segunda y última canción cantada por una mujer que entra en este Top10, frente a los ocho hombres que vamos a seguir conociendo y que ocupan, de hecho, el podio al completo. Tamta es una cantante más que avalada por una trayectoria que, desde 2004, la ha llevado por diferentes rincones del mundo. Su origen es bastante humilde. Nació en Georgia, se casó a los 14 años y para la mayoría de edad ya tenía a su primera hija y estaba divorciándose. Se puso a trabajar con su madre y, al final, terminó por dedicarse a cantar, animada por los dueños de la casa en la que trabajaba.

Desde su paso por Super Idol en ese clave 2004 para su vida, ha ganado popularidad infinita en Chipre y Grecia. Tanto es así que tiene tres discos en el mercado, ha puesto voz a personajes de películas animadas, ha sido jurado durante cuatro temporadas del Factor X griego y ha protagonizado varios musicales. Además, le ofrecieron Fuego antes que a Eleni Foureira, algo que ella descartó (¡Gracias!) y, en cambio, este año llega con ritmos similares, coreografía parecida y esa misma sensualidad que destila sobre un escenario que quiere comerse con un directo que, de momento, la ha hecho bajar varios puestos en las casas de apuestas. Bailar y afinar va a ser su reto en Eurovisión que, además, ella abre este año.

Chipre ha concursado 30 veces en la final de Eurovisión de sus 36 participaciones. Un éxito notable porque, además, lleva clasificándose en los últimos cuatro años. Fuego logró quedar segunda y veremos qué ocurre este año. Lo cierto es que Chipre nunca ha ganado el Festival. Pero lo quiere. «Tienes un problema. Son las dos de la mañana y sigo en tu cabeza. Seamos honestos esta noche, porque solo yo puedo resolver este conflicto. Te revuelves, das vueltas en tu cama. Tus sábanas necesitan mi cuerpo. Me llamas, me dices que te sientes solo. Lo mantendremos en secreto. Echas de menos mi sabor. Tu corazón late como el motor de un coche. Necesitas repetir mi amor. Estás atrapado en mi cariño, como los estribillos de una canción. Tienes un problema, sí, y yo soy la culpable, porque hago que grites mi nombre. Cariño, voy a por todas esta noche. Porque sé que necesitas mi amor en repetición.

4- Suecia

Efectivamente, con Tamta terminábamos con el género femenino, porque los hombres llegan con fuerza a este Eurovisión 2019. Nuestro cuarto lugar es para el más potente de ellos, vocalmente hablando. John Lundvik nació realmente en Londres y es atleta profesional. Al poco de nacer fue adoptado por una familia sueca, y pronto se mudó a este país, que hoy representa en Eurovisión. Lo hace después de haber cantado para la Princesa Victoria de Suecia. Después de haber compuesto para docenas de cantantes. Y de labrarse un gran futuro como cantautor. Suya también es esta canción, acompañada genialmente con un coro góspel, dándole todavía más fuerza a una escenografía sencilla pero efectiva, que nos recuerda que a veces menos es más y que logra retroceder al Eurovisión sin grandes artificios. Y, ojo, porque su canción no es la única que compite este año. Lundvik también ha compuesto la canción para Reino Unido, por lo que tiene doble probabilidad de ganar, en cierto modo.

Con este potente tema Suecia buscará su séptimo triunfo e igualar, por tanto, a Irlanda en países con más victorias en el Festival. No van a faltarle puntos, o no debería, porque este año la propuesta sueca incluye toneladas de calidad, de personalidad y de buen trabajo. Es cierto que también recuerda a Cesár Sampson, el austriaco del año pasado. Comparaciones aparte, se nota de nuevo que Suecia es uno de esos países que sabe cómo acertar y que busca realmente lo mejor para enviar al concurso. No en vano, de sus 58 participaciones, solo una vez no ha logrado pasar a la final. Ocurrió en el año 2010 y, de hecho, fue la 11ª de su semifinal. Desde el año siguiente, en 2011, no ha faltado nunca a la final y, lo mejor, tampoco ha bajado del séptimo puesto, salvo en 2013, que fueron los 14º. Para más estadísticas, Suecia tiene dos podios y dos victorias en los últimos ocho años. Los números acompañan a pensar que este año vuelven a por todas. Porque son uno de los mejores países compitiendo.

«Oye, ¿cómo has estado? Me pregunto si alguna vez piensas en mí. ¿Me equivoco al querer saber si sería posible un tú y yo? Podría ser el sol que ilumina tu oscuridad. Podría iluminar todo tu mundo con solo una chispa. Podría hacerlo arder para ti, si me dejaras estar ahí. Escúchame. ¿Es demasiado tarde para el amor? Los días pasaron, ya se fueron, y nada parece lo mismo, porque dejaste un vacío en el que todo me recuerda a tu cara. Necesito saber si ya es demasiado tarde para el amor. Haré que seamos una tormenta bien fuerte, que nos adueñemos del océano. Déjame estar ahí. Deja que ilumine tus noches oscuras. Dime, ¿es demasiado tarde para el amor? ¿De verdad lo es?»

3- Suiza

La Cara B de la moneda de Suecia es Suiza, que suena casi igual, pero tienen un recorrido en Eurovisión muy distinto. Tanto es así que de los últimos 12 años solo ha logrado pasar dos canciones a la final. Y una de ellas quedó última en esa final. De las diez que no ha logrado clasificar desde 2007 también tiene otros tres últimos puestos en sus semifinales. Resultados catastróficos para el primer país que ganó Eurovisión, allá por 1956, y que solo lo ha vuelto a ganar en 1988. Este año quieren romper las estadísticas, y lo hacen con uno de los temas más bailables y festivaleros de la edición. Luca Hänni es de origen suizo, pero saltó a la fama tras ganar un concurso musical en Alemania en 2012. Y, desde entonces, no ha dejado de ganar premios, reconocimientos, éxito y mucho trabajo.

Toca el piano, la guitarra y la batería. Tiene cuatro discos en el mercado, ha pues voz a bandas sonoras de distintas películas internacionales, ha ganado un concurso de famosos tipo Mira quién baila en su país, ha llegado incluso a dar los puntos de Eurovisión de Suiza en 2017 y hasta es diseñador de ropa y modelo de lencería. No le falta carrera a Luca Hänni, ni tampoco una actuación digna de mención. Nos va a hacer bailar, cantar, va a sonar en muchísimas discotecas este verano y está claro que va a ser todo un éxito. Veremos si también lo logra en el Festival, y termina arrasando con jurado y televoto. Tiene carisma, belleza y cualidades para subir a lo más alto y colocarse entre los mejores.

«Me fijé en ella cuando llegó. Es el tipo de mujer que le gusta a mamá, pero mi madre no está aquí esta noche. La cosa se pone ruidosa, se agita. Y cuando ella derramó un poco de picante, puso a vibrar a todo el lugar. Dejó a su cuerpo hablar. Hizo que la fiesta parase. Se empezó a poner salvaje. Y empezó a dejarlo caer. Y cuando ella baja, va tan abajo, que sabe, claro que sabe, que me tiene bailando bien sucio. Ahora ella alimenta el fuego. Nos estamos volviendo salvajes como animales. Todo dentro, voy a sudar. Me voy a poner ruidoso. Girando cabezas, rompiendo cuellos, rompiendo hasta las copas. Ella no tiene suficiente, y sigue poniéndose ruidosa. Los chicos hacen «yo-yo-yo», las chicas hacen «yo-yo-yo», y todos hacemos «yo-yo-yo». Pero es que cuando ella baja, va tan abajo, que sabe que me tiene bailando sucio». Suerte a nuestra medalla de bronce.

2- Francia

La medalla de plata que concedemos a Francia es todo un descanso, porque Francia ya está clasificada para la final. Lo está desde 2004, porque forma parte del Big 5 pero, en cualquier caso, siempre ha estado en la gran final. Nuestros vecinos tienen 62 participaciones y cinco victorias, la última, en 1977. Desde entonces, y aunque sus resultados son muy dispares, han logrado estar por encima de mitad de la tabla en los últimos tres años, pero desde 1991 no logran un podio. Bilal Hassani tiene además otra responsabilidad, porque el cantante es de los pocos que, además de francés, cantará en inglés. Es casi un atrevimiento, pero todo él lo es, en realidad. El parisino es, además de cantante, youtuber.

Utiliza las redes sociales para ser él mismo, para ofrecer consejos de belleza, para venderse al mundo. Un hecho que, a sus 19 años, le ha valido toda clase de críticas homófobas, que sortea con cierto sentido del humor, pero que no deberían ni de producirse. Saltó a la fama libre y muy joven, con apenas 14 años. Se presentó a La Voz Kids en Francia y lo hizo cantando Rise like a Phoenix, de Conchita Wurst, con quien muchos lo comparan. Él la admira y, quizá, por eso también copia algunos de sus trucos y estilismos. Lo cierto es que Bilal, de origen marroquí, canta también una canción absolutamente autobiográfica, con una letra que nos deja claro que él quiere ser el Rey. Que lo es. Y que va a pelear por un trono llamado Eurovisión 2019, con una canción maravillosa, pegadiza, fácil de cantar y en un magnífico francés, una de las mejores lenguas del Festival, al menos por relevancia. No se le puede pedir más.

«Yo soy yo. Y siempre lo seré. Soy libre, invento mi vida, así que no me preguntes lo que soy. Porque soy igual desde que era pequeño, a pesar de las miradas y de las opiniones. Lloro, salgo, y me río. Me encierras en una jaula, quieres que sea como tú. Pero no encajo con tus etiquetas, me molestan mucho. Déjame volar. Porque aunque intentes abatirme, no me vas a romper. Las voces dicen esto, dicen lo otro. Y yo no les hago caso. No me quitaréis la corona. Somos quienes somos cuando nos escondemos y cuando luchamos por ser libres. Solo Dios puede juzgarnos. Porque no hemos elegido lo que somos. Elegimos nuestro trabajo, nuestro peinado, nuestros amigos y nuestra rutina. A veces, hasta el amor. Y es que, aunque lo intentes, no puedes cambiarme. Porque sin ser rico estoy brillando. Porque soy capaz de ver mi reino. Porque cuando sueño, yo soy el Rey«. Toda la suerte del mundo, Bilal.

1- Rusia

Sería muy extraño que Sergey Lazarev fuese a Eurovisión de nuevo y no lo subiéramos a lo más alto. Porque él es nuestro Only one, como ya demostró en 2016. Entonces quedó tercero, con una canción pegadiza, movida, bailable y con una escenografía tremenda. Este año pretende vengarse (lo bueno es que Ucrania no puede superarle esta vez…) y lo hace con este Scream tan épico, que suena a musical, a Juego de tronos, a himno eterno del Festival. Con él derrocha voz, interpretación y, de nuevo, una escenografía elaboradísima que cabalga a medio camino entre Ani Lorak y su Shady Lady y nuestra Ruth Lorenzo y su Dancing in the rain.

Rusia nos trae lluvia este año. Nos trae muchas más personas en escena de las que puede. Porque ha sabido jugar todas sus cartas. Y, por eso, vuelve con su caballo ganador. Con un cantante famosísimo en toda Europa, especialmente en la zona Este. A sus 36 años, Sergey puede presumir de ocho discos en el mercado, más de una treintena de premios nacionales e internacionales por su faceta como cantante y como actor. Gimnasta desde niño, también ha ganado un concurso como Mira quién baila en Rusia sobre acrobacias de circo, y quedó segundo en otro similar de patinaje sobre hielo. Es presentador, productor y graduado en Arte Dramático con Matrícula de Honor. Un hombre talentoso, tenor lírico, y todo un influencer en redes sociales.

La canción le permite lucir todo ese potencial, y llevar a Rusia al mismo camino que hizo su amigo Dima Bilan en 2008. Dima Bilan había concursado ya dos años antes, quedando segundo, y ganó con su segunda aparición. La de Sergey sería tres años después… De quedar tercero. Un paralelismo curioso para un país que, ojo, de 22 participaciones, solo ha sido eliminado en dos ocasiones. Que de 20 finales tiene 8 podios. Y que desde 2012 a 2016 no bajó del séptimo puesto. Rusia vive Eurovisión y lo vive a lo grande. Como será este Scream que, de momento, también pelea en las casas de apuestas por ganar el Festival.

«No puedo quedarme aquí más. No puedes hacerme llorar. Tengo que dejarte para que pienses en lo que van a convertirse nuestras vidas. Tragaré fuerte. Me desmoronaré. Me romperé y sangraré. Pero tú no lo verás. Mis lágrimas no van a caer mientras mi orgullo siga en lo alto. Puede que no se oigan, que no se vean, pero las lágrimas no son algo silencioso. Ellas gritan. Y aunque mi garganta esté ardiendo, mis ojos te mentirán, intentarán mantenerse secos hasta que te vayas. Las lágrimas no son silenciosas, ni tampoco inocentes. De tus dedos sale lluvia ácida. Ríos de soledad. Estos ecos golpean las paredes de mi corazón. Y las lágrimas gritan. Ellas gritan». Ojalá gane Sergey, se lo merece. Tiene el tema perfecto para hacerlo al fin. Scream y Sergey son, sin duda, los mejores.

Ahora sí, ya los conocemos todos (podéis encontrar los países ubicados entre los puestos 11º y 26º en este enlace y, los que quedarían fuera de la final, entre el 27º y el 41º, en este otro enlace) y solo queda desearles mucha suerte a todos, especialmente a Miki, el cantante español. ¡A ver quién gana Eurovisión 2019!

Imágenes: Eurovision.tv

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