Ha llegado el día de vivir una auténtica batalla floral en Valencia. Es el gran evento del verano, uno de los domingos más intensos que se pueden disfrutar de la ciudad en pleno julio. Y es que dicen de ella que es puro color, auténtica sociedad y uno de los momentos más divertidos de la Feria de Julio de Valencia (actual Gran Fira), y no les falta razón, porque la Batalla de Flores es un evento digno de ver y que tiene por tradición celebrarse el último domingo del mes de julio en el Paseo de la Alameda de la capital del Turia, siempre al atardecer. Pero, ¿desde cuándo se celebra y por qué?
En esta fiesta intervienen los representantes y la reina dels Jocs Florals, diferentes asociaciones culturales y entidades valencianas, la Bellea del Foc, la Reina de la Magdalena, la Reina de la Poesía, y también algunas falleras mayores de diferentes agrupaciones de fallas de Valencia, así como las Falleras Mayores de Valencia del pasado año y sus Cortes de Honor, además de todas las preseleccionadas para optar a ser las máximas representantes de las Fallas de Valencia del siguiente año.
El desfile se realiza a caballo, en calesas y también en impresionantes carrozas, que compiten entre ellas, realizadas y decoradas por artistas falleros con otros tantos millones de flores y otros diseños temáticos, que llenan de color y fiesta la Batalla de Flores. Eso sí, y aunque todo el mundo puede participar de este acto, el recinto está acotado, por motivos de aforo, seguridad y limitación de las flores que se lanzan.
Para poder acceder al recinto, basta con tener un “palco”, que cada año se convierte en una pequeña acampada frente a las taquillas de los Jardines de Viveros, para poder acceder a uno de estos lugares en mejor posición. Cabe destacar que, estos últimos años, el precio del palco es de 40,00 euros para 8 personas que pueden entrar en él, e incluye varios baskets de claveles para poder lanzarlos a las carrozas de la Feria de Julio de Valencia.
Sin duda, un perfecto punto final para una fiesta que se convierte en una guerra pacífica sin más trincheras que docenas de raquetas, que también sirven de arma para poder arrojar las toneladas de claveles con los que, finalmente, adornar el Paseo de la Alameda, que se torna naranja y amarillo cada año, en una alfombra sin igual.
Se podría decir que la Batalla de Flores nace como un homenaje a la huerta valenciana, en un homenaje colorido y aromático que iniciaron las familias más burguesas y adineradas de Valencia para lucirse de forma ostentosa y celebrar, quitándose de todo protocolo, la llegada del verano. Toda una locura floral en la que se mueven por el aire más de un millón de clavellones (en su mayoría naranjas, amarillos y rojos) que, durante poco más de media hora, se desestresan lanzándose flores unos a otros.
Imágenes: You Valencia