Rocío Gil y su corte viven con emoción la noche de su exaltación

Una noche faldera yá mica es la que se vive cada año cuando llega la exaltación de la Fallera Mayor de Valencia y este, Rocío Gil Uncio ha brillado junto a sus doce señoritas de la Corte de Honor. Y es que no hay cita más esperada por los falleros y la ciudad que el momento en el que a la máxima representante de las Fallas de Valencia recibe la banda que la atestigua como tal.

Así, como viene siendo tradicional, los coches de l’antigor recogió a las trece protagonistas de la noche en el Ayuntamiento de Valencia, donde también estaban el presidente de Junta Central Fallera, su directiva y la mantenedora del acto, que este año fue la periodista y miembro de la Corte de Honor de la Fallera Mayor de Valencia 2009, Ana Cuesta. Desde allí, la comitiva puso rumbo al Palau de la Música que ya estaba abarrotado de invitados, los presidentes y falleras mayores de todas las fallas de Valencia y, como no, la Fallera Mayor Infantil de Valencia 2018, Daniela Gómez de los Ángeles y su Corte de Honor. Entre los invitados más especiales, la Fallera Mayor de Valencia 2017, Raquel Alario, la Bellea del Foc de Alicante, Sofía Escoda, y la Reina de las Fiestas de Castellón, Carla Bernat. Como autoridades, el alcalde de la ciudad y la Consellera de Sanidad, en lugar del Presidente de la Generalitat. Cabe destacar que Rocío Gil recorrió a pie el último tramo de entrada a la puerta del Palau de la Música, a diferencia de sus antecesoras que llegaron en coche los años anteriores.

El acto de la exaltación comenzó con el concierto de música de cine adaptada al tabal y dolçaina, que la Colla El Cudol de la Falla Marqués de Montortal-Conde de Torrefiel ofreció. El público se sorprendió con las bandas sonoras, ya que sonaban de una forma más «valenciana» con los instrumentos autóctonos de nuestra tierra. Tras el espectáculo, la Sala Iturbi comenzó su transformación para la segunda parte de la exaltación más protocolaria del acto.

Con la interpreteación de El Fallero por parte de la Banda Municipal de Valencia daba comienzo el acto de exaltación en sí. Una a una, las componentes de la Corte de Honor de Rocío, fueron haciendo su aparición en la sala entre los aplausos de todos los asistentes. La emoción de todas ellas se refelahaba en sus caras, sobre todo cuando en el escenario eran recibidas por el presidente de Junta Central Fallera, que les impuso las bandas que les acreditaban como Corte de Honor.

Pero el momento más esperado de la noche fue el desfile de Rocío Gil, precedido por la marcha de la ciudad y a los sones de la Suite Fallera Mayor. Un estruendo de aplausos acompañó el desfile de Rocío, a la que seguía de cerca el alcalde de la ciudad y le escoltaban los maceros del Ayuntamiento. Cuando llegó al escenario, pudo sentir el cariño de todos los falleros, al tiempo que saludaba emocionada. Allí, recibió la banda y la joia y se pudo admirar el color de su espolín, marrón habane, que ha resultado de los más innovadores y llamativos de los últimos años. Una vez sentada en su trono, la ofrenda floral volvió a llenar de color el escenario y el respetable se preparaba para escuchar el discurso de Ana Cuesta.

Con un vestido muy comentado, Ana Cuesta realizó un discurso completamente dirigido a Rocío y su Corte de Honor, en el que reasalto la importancia de la mujer en las fallas, dejando atrás los discursos sobre machismo e igualdad que tan de moda están ahora. Ella misma recordó que las fallas son movidas por mujeres y que tienen una papel fundamental en la fiesta. El discurso fue ameno, con ritmo y completamente dedicado a lo que era, la exaltación de la Fallera Mayor de Valencia y su Corte de Honor. Los himnos de la Comunitat Valenciana y de España pusieron el punto final a un acto, que se vio redondeado con los efectos de luz y color disparados en el exterior por la pirotecnia Caballer.