Paisaje y turismo se encuentran en el Centre del Carme

En el turismo, la imagen es muy importante, por ese motivo diferentes fotógrafos han realizado un recorrido por el paisaje turístico de la Comunitat Valenciana en ‘Paisajes valencianos. Territorio turístico’ y que hasta el próximo 24 de septiembre podremos ver en el Centre del Carme. Miguel Lorenzo, Miquel Francés, Pep Pelechà y Adela Talavera plasman en sus instantáneas  nuestro paisaje como muestra de la identidad, el carácter y la esencia de un territorio.

Y es que la importancia del paisaje radica en la llamada de atención que envía al turista que nos visita y que tiene entre sus motivaciones descubrir, embriagarse del lugar a través de los sentidos, conocer modos de ver y maneras de vivir diferentes a las suyas y construir en su imaginario particular la imagen que posteriormente proyectará en su círculo de relación. Además, el paisaje además de ser el espacio en que vivimos, en el que desarrollamos nuestras actividades cotidianas, también es donde residen nuestros recuerdos, nuestras vivencias de la infancia o familiares, por lo que se presenta para el viajante como lago más humano y profundo, que hay que descubrir para entender el lugar que se visita.

En el territorio que descubre el turista, se encuentra, además, la carga cultural, emocional y simbólica de un territorio. Así que el paisaje es un concepto experiencial, que concentra valores objetivos, pero también subjetivos. Es la huella que nos deja huella, porque encierra recuerdos que despiertan sentimientos muy profundos, impregnando la memoria de las personas.

La interpretación fotográfica de nuestros espacios turísticos llega al Centre del Carme de la mano de Miguel Lorenzo, Miquel Francés, Pep Pelechà y Adela Talavera que auspiciados por la Universitat de València y la Agencia Valenciana de Turismo, ofrecen una personal e íntima mirada, a través de la cual el paisaje es evocado desde la visión panorámica de los paisajes habitados del Maestrazgo; el detalle de la piedra seca; la rugosidad de los troncos de los olivos centenarios o los hayedos; los peñascos del Penyagolosa, y las ramas retorcidas de los alcornocales del Espadà. El paisaje litoral es expresión de la costa de Castellón; de las Columbretes, que en medio del Mediterráneo se yerguen con su presencia, y de las flores de azahar que inundan la Plana de aroma y verdor. Los paisajes de montaña son reflejados en la roca del Benicadell; en las cumbres de sierra Calderona; en la Font Roja; en el alto Maestrazgo; en los atardeceres de Aitana, o en los interiores de plagados de las nubes rosáceas de los almendros del Alcalalí. Los paisajes urbanos son contrastados y juegan con el skyline de Xàtiva; con los volúmenes enseñoreados de los Castillos de Montesa o Sax; con los caseríos del interior bajo la luz nocturna en Bocairent; con las calles pobladas de edificios tradicionales de los pueblos del Valle de Ayora y Cofrentes, o los rascacielos de una Benidorm que con sus edificios agolpados junto al mar ofrecen una mirada inquietante que desafía al horizonte.

Imágenes: Centre del Carme

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