Valencia resuena a ritmo de campana

Campana 001Cuidar el patrimonio, las tradiciones y los edificios más emblemáticos de una ciudad consigue que ésta continúe teniendo su misma magia con el paso de los años, y conserve su encanto que le ha dado fama y lustre. Es por esto que Valencia está de enhorabuena, ya que este lunes 30 de noviembre, la parroquia de San Miguel y San Sebastián de Valencia ha instalado con una grúa de 35 metros su nueva campana de 118 kilos dedicada a San Antonio de Padua en su campanario, tras ser restaurada y permanecer expuesta en el altar del templo dos meses en una campaña de recogida de alimentos para la Cáritas parroquial, según ha informado el Arzobispado en un comunicado.

La campana, que fue bendecida por el párroco Juan Andrés Talens el pasado mes de octubre, ha requerido de una grúa de 35 metros de altura y colocada en el ventanal que da a la Gran Vía Fernando el Católico, según ha explicado asimismo la asociación Mestres Campaners, que ha organizado la campaña solidaria. A final del pasado septiembre, la campana fue colocada en el altar del templo junto con un capazo, donde los fieles han depositado alimentos no perecederos que serán donados a la Cáritas parroquial, en un acto solidario y representativo de la esencia de cualquier iglesia valenciana.

Campana 002La pieza, de cobre y estaño, pesa 118 kilos, sólo el bronce, y 210 kilos junto con el yugo y accesorios, y ha sido cedida en depósito por la antigua parroquia San Antonio de Padua, de la barriada Carrera En Corts de Valencia, en la actual demarcación de la parroquia de Nuestra Señora de Lepanto de Castellar, gracias a su párroco José María Colomer Egea. Asimismo, la campana, de 60 centímetros de diámetro y fundida en 1940, fue restaurada en verano, con un nuevo yugo, en los talleres de la empresa 2001 Técnica y Artesanía de Massanassa.

De esta forma, la parroquia de San Miguel y San Sebastián tiene una nueva campana, que se suma a las tres existentes en el templo, en el que antes de 1936 había un juego de cinco, de las que actualmente solo se conserva una, llamada Sebastián. La idea de la campaña solidaria surge «de la devoción llamada pondus pueri, el peso del niño, a raíz de un milagro atribuido a San Antonio de Padua ya que, según la tradición, una madre cuyo hijo murió ahogado tras caer dentro de un recipiente lleno de agua recurrió a su fe al santo e hizo el voto de dar a los pobres tanto trigo como pesaba su hijo si el niño resucitaba, como así sucedió».

Desde entonces, «los padres prometían a San Antonio tanto pan como el peso de sus hijos, para que los protegiera de las epidemias y de otros males», según han relatado las mismas fuentes. Tanto la cesión de la campana, como su restauración e instalación y la campaña solidaria han sido promovidas por la Asociación Mestres Campaners de Valencia, fundada en 1989, con la colaboración de la parroquia de San Miguel y San Sebastián, que ahora lucen de nuevo una de las campanas más representativas y consistentes de la ciudad, que ya puede sonar otra vez.

Imágenes: María del Carmen Feliu (cc)

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