El segundo Dijousos de Playbacks sube el nivel de Canal

Segunda noche de Dijousos en la Sala Canal, y segunda tanda del 30º Concurso de Playbacks de Junta Central Fallera. El nivel general mejoró, y bastante, en un nuevo día de la modalidad de grupo que reunió a siete comisiones que, en su mayoría, demostró arte, ganas, y un trabajo bien hecho en sus ensayos y reuniones. Decorados muy cuidados, vestuarios elegantes, maquillajes más acordes y unos pasos que lucieron. Anoche hubo musicales, Bollywood, temas inéditos y hasta un corral, tan esperado por su título como prometedor. Aquí va nuestra segunda crónica del concurso. Podéis leer la anterior sobre este enlace.

La primera en actuar fue la comisión Grabador Jordán – Escultor Pastor (La Fonteta), fiel en este concurso a un estilo innovador y dinámico. Este jueves presentaron Nueva vida tras el deshielo, en el que sus componentes se veían forzados a huir de su preciado iglú a una tierra más prometedora y, sobre todo, calentita. Como siempre, interpretaciones magistrales, una ambientación más que satisfactoria y un grupo sobresaliente, en el que todos brillan por momentos. Divertido, fresco y con un puntazo genial, con ese Stay with me para abrir telón. Un número fantástico que nos demostró compañerismo y buen rollo entre sus artistas, lo cual se refleja en una actuación perfecta en la que todos disfrutan, y disfruta todavía más el público. Bravo.

Detrás de ellos actuó Amadeus, el número de San Rafael – Antón Martín que, si bien nos tiene acostumbrados a sus grandes playbacks individuales, todavía no sabíamos que nos esperaba en un número de grupo. Su actuación fue otro mundo y nos trasladaron a una época más sobria, con un Amadeus bien caracterizado y un cuerpo de baile que estuvo muy acertado. El vestuario, muy correcto; y las interpretaciones, especialmente buenas, sobre todo la del protagonista. Faltó, quizá, un mayor dinamismo y algo de luz. Por momentos, la actuación era oscura y lineal, aunque siempre correcta y acertada.

Ausentes el año pasado, los miembros de Costa y Borrás – Agustina de Aragón volvieron a pisar las Noches de Canal, con El tamaño importa, un número original que nos dejó otro grupo bien ensayado, en el que todos sus intérpretes bordan sus papeles, especialmente la protagonista, con un traje coliflor que a todos nos encantó. Una música idónea, un decorado exquisito y una actuación con todo el sello de Costa y Borrás. Clara favorita al podio, nos demostró que en esta comisión los playbacks tienen siempre un gusto maravilloso, y son bonitos de ver. Agradable, movido, bien ejecutado y sencillamente maravilloso.

La Falla Santiago Rusiñol – Conde Lumiares actuó cuarta, con la esperanza de volver a «colarse» en la gran final como ocurrió el año pasado, donde quedaron quintos. Y de Broadway nos trasladaron a Dreamland, un fatídico parque de atracciones donde la tragedia reina en todo momento. No así en su actuación, nada que ver con la del ejercicio anterior. El blanco nuclear y el rojo más vivo (menuda paradoja) fueron la estética general de un gran grupo que se vino arriba por momentos conscientes de que llevan un número muy notable, aunque, puede ser, demasiado llano. Buenísimas interpretaciones y una escenografía perfecta para su idea, con una música lograda, aunque fácilmente reconocible. Muy bien.

Esperada era la actuación de de Rubén Darío – Fray Luis Colomer, ya que el título de su número, La festa del ou, era muy prometedor. No decepcionaron, y levantaron las grandes risas (para bien) de la noche. Eran el toque de humor, pero no cayeron en la parodia. Un playback divertido con el que sonreímos y disfrutamos, gracias a sus gallinas ponedoras y a un muy buen trabajo por parte de todos sus integrantes. Estereotipadas pero bien conseguidas, las gallinas lo dieron todo y aunque seguramente no pasarán a la final, no nos importaría nada volver a ver su actuación. Para próximos años, les recomendamos algo más de riesgo y una música diferente. Ganarán muchos más puntos.

Penúltima actuación de la noche, la de Zapadores – Vicente Lleó, que nos invitó Bienvenidos a bordo, donde pudimos ver un poco de todo, que nos recordaban a grandes actuaciones de otros años protagonizadas por otras comisiones. Un mix colorido con mucha gente sobre el escenario y varios focos de protagonismo, que, con cierto caos, iban apareciendo. La historia real que pretendían contar quedó algo deslucida y atropellada con un beso final que taparon sus dos artistas entre risas. Pese a ello, un número correcto y lucidor, con canciones conocidas y bailables y unas primeras filas bien colocadas.

Y la guinda del pastel la puso la comisión de Ingeniero José Sirera – Pío IX, con su ¿Amor en Bollywood?, un tema y música manidos a los que les faltó alguna vuelta más a su historia o a sus pasos. Como ocurre con los Chicago, Broadway e historias similares, todos los años aparece un número con idéntica estética y, a menos que resulte rompedora, queda demasiado descafeinada, con una sensación de haberlo visto demasiadas veces. En este caso, los protagonistas tiraban demasiado del grupo, a los que a veces se les veía sin ganas, como forzados a actuar. Fueron irremediablemente el número más flojo de la noche, con un decorado limitado, un vestuario mejorable y unas interpretaciones que podrían haber dado más. Confiemos en que vuelvan el año que viene intentando superarse.